
Aunque sea un desafío para muchos debido a las exigencias de la rutina, es la comida más importante del día y evitarla representa grandes riesgos.

Tal como la palabra lo indica, desayunar significa romper con el ayuno nocturno y debe ocupar entre el 20 y el 25% del aporte calórico diario.
- Consumir las frutas enteras para aprovechar la fibra de la cáscara.
- Incluir nutrientes de digestión lenta que ayudarán a llegar al almuerzo.
- Cuanto menos refinada la harina del panificado, mejor.
- Si se consume algún producto industrializado, una buena guía puede ser el optar por aquellos que tienen menos de cinco ingredientes en la lista del paquete.
- Evitar los cereales azucarados.
- Evitar las galletitas que aparentan ser saludables en sus etiquetas pero contienen altas proporciones de sodio y azúcar.
- Si no se consigue tener apetito a la mañana puede ser por exceso de comida o por platos muy pesados en la cena de día anterior, que a su vez perjudicará la calidad del sueño y el humor al despertar.