
Confusiones importantes de despejar en el intento de obtener un fármaco que recupere la 'antigua normalidad'.
Sin embargo, es probable que el 'distanciamiento social' haya llegado para quedarse, y esa resulte una herencia pesada de la pandemia.
No nos engañemos: la clave de la vacuna se encuentra en la obtención y preservación de las células T.

Por lo general, la efectividad de una vacuna tiende a ser inferior a su eficacia.
Las novedades indican que la vacuna que sirve es la que tenga que ver con las células T porque eso ayudará a dar más tiempo de cobertura.
Luego, se tendría que vacunar a niveles superiores al 90% de la población para recuperar la perdida 'normalidad' pero es técnicamente o difícil o imposible.
Esto requiere que la vacuna consiga una eficacia muy elevada, superior al 80%.
Por debajo de ese nivel, puede resultar un buen negocio para especular en Wall Street pero no para establecer políticas sanitarias y pautas sociales.
Precisamente, aún con eficacia del 80%, el distanciamiento social deberá mantenerse, al menos por un indefinido tiempo más a causa de que la vacunación no será completa.
Por supuesto que estos datos, que surgen de modelos de simulación, obligan a imaginar acciones. ¿Qué tal si la vacunación fuese obligatoria?, por ejemplo.
En fin, con datos a mano las autoridades podrán elaborar sus estrategias que, además, deberán ir a una convergencia tal como ha sucedido con otras pandemias en la historia de la Humanidad.