
El presidente de Kirguistán, Sooronbái Zheenbékov, había sobrevivido a los graves hechos ocurridos desde los comicios del 04/11, con motines, desmanes, movilización del Ejécito, golpe de Estado civil de los opositores para encumbrar un nuevo 1er. ministro, etc. etc. La situación parecia que mejoraba pero volvió a complicarse. Pero acaba de presentar su dimisión afirmando que no quiere ingresar a la historia como "el Presidente que derramó sangre". Quienes conocen ese territorio dicen que todo es consecuencia de una interminable lucha de clanes.

Uno de los grupos movilizados por alguno de los clanes, que ocupó el Parlamento de Kirguistán y la Casa Blanca.

En un país muy muy lejano (Kirguistán) hubo elecciones, la oposición dijo que eran fraudulentas, hubo enfrentamientos y renunciaron el 1er. ministro y varios gobernadores. Un ex 1er. ministro salió de prisión y fue avalado por los opositores que así concretaron una suerte de golpe de Estado, especulándose con la inminente caída del Presidente porque también salió de prisión su peor enemigo, un ex Presidente. Sin embargo, el jefe de Estado en ejercicio maniobró y ha logrado consolidar su poder.

Almazbek Atambayev (der.) es el antiguo mecenas de Sooronbay Jeenbekov (izq.) y ahora su archienemigo pero volvió a prisión.


Kubatbek Boronov, hace 24 horas estaba en prisión cumpliendo una condena de 11 años y 6 meses, pero hoy es el 1er. ministro de Kirguistán.


Kirguistán, en el corazón de Asia Central.